AMN-. Hackear los servidores estratégicos del ejército no es cosa de risa, de chunga, ni de “politiquerías” como lo dice AMLO. Estamos ante otra flagrante humillación en contra del ejército.
El hecho refleja un descomunal descuido, probablemente por el negrerismo presidencial que disfraza de austeridad republicana no se destinan recursos económicos para la protección de esos datos, a sabiendas de que el internet nació satánicamente bélico para controlar a muchedumbres y gobiernos.
Las enfermedades del presidente reveladas mediante un ciberataque a la Sedena deberían ser motivo de preocupación porque estamos ante un problema de seguridad nacional y eso debería preocupar y ocupar a la institución castrense, comenzando por su jefe supremo que ha quedado muy mal parado al ser exhibido con enfermedades como hipertensión que se refleja en problemas cardíacos, hipertiroidismo, gota y angina de pecho inestable de riego grave. Éste último padecimiento fue el que le quitó la vida y el poder a Benito Juárez García.
AMLO se había comprometido a dar a conocer a los mexicanos su estado de salud desde hace más de 2 años, pero desde entonces solo circo, maroma y teatro en el soliloquio de la mañanera en Palacio Nacional.
Aunque la filtración revelada por Loret de Mola en Latinus no habla absolutamente nada de un problema de neurosis que padece AMLO desde niño, lo cierto es que en su rostro maquiavélico refleja mucho odio, mucho desanimo e inestabilidad emocional, pues la depresión que padece lo convierte en títere de sus emociones, la mayoría de ellas agresivas contra quienes no piensan igual que él. Incluso, ha tenido expresiones tan imperdonables que aquí le presente el pasado viernes en la que afirma que “Morena obtiene sus votos con la gente más ignorante, entre más analfabetismo, más apoyo a Morena”. ¿No le parece a usted que esa expresión está cargada de ultraje a la dignidad nacional?
Bueno, pues la depresión que padece AMLO producto del cúmulo de enfermedades que lo mantienen vivo a base de puños de pastillas que toma por las noches es motivo suficiente para que el señor presidente se vaya a convalecer de sus enfermedades a su rancho, pues no lo hacen apto para ejercer el gran poder político de México y la prueba inequívoca es que las partes neurálgicas del Gobierno Federal han sido vulneradas por los ciberataques que, según él, se atribuyen a un grupo internacional de hackers llamado Guacamayas, que podría tener a varios gobiernos de Latinoamérica agarrados de donde más duele, por la importancia toral de la información que tienen en su poder.
AMLO toma a chunga el problema e incluso, recurre a su ponzoñosa estrategia de hacerse víctima y la carretada de correos disparados por sus propagandistas a sueldo lo hacen ver precisamente como víctima y hasta identifican a las Guacamayas con intereses ligados al excandidato presidencial del PRI, Roberto Madrazo, del ex rector de la Universidad de las Américas en Puebla, Javier Lozano y hasta se atreven a mencionar una localidad mexiquense llamada Tlatlaya, pero la cuestión es muy simple, si ya está identificado ese grupo de maloso hackers, pues que les echen el guante y se dejen de cuentos chinos.
Seguramente que al más puro estilo de Julian Assange, las Guacamayas que filtraron la desastrosa salud del presidente, irán filtrando poco a poco información de carácter reservado y de seguridad nacional próximamente.
Por lo pronto, me asalta una recaniga interrogante: ¿Con tantas enfermedades AMLO terminará su mandato hasta el 2024?