AMN. – En el 2023 comienza el año de Carranza, sí, por aquello de que el de Hidalgo ya no alcanza y el 2024 será un año electorero y los que se van al rancho ese con nombre feo, se irán cargados para el norte y también para el sur, pero nuestros dineros públicos se gastarán a manos llenas y para ello, el Presupuesto Federal del 2023 será de una billonada.
Pare oreja: Ocho billones 299 mil 647 millones 800 mil pesos. El Presupuesto Federal que el gobierno de AMLO ejerce este año del 2022 fue de 7 billones, es decir que para el 2023 los lacayos diputados del presidente y sus rémoras aliadas le autorizaron un billón de pesos más que el actual presupuesto del cual 74% corresponde al gasto programable y el restante 26% a gasto no programable, es decir que en el gasto no programable habrá para los chuchulucos de la familia austera, pero, feliz, feliz, feliz.
Pero, ¡¿cuál austeridad republicana o franciscana?! No. Eso es una patraña.
Todo México lo acaba de ver y repudiar pues el hijo del presidente José Ramón López Beltrán, quien nunca ha trabajado se le vio derrochando los dineros públicos de los mexicanos en un partido de Béisbol entre Yankees de Nueva York y los Astros de Houston allá en Texas. Ese angelito que siempre ha exhibido a su padre como lo que no es, es decir un político honesto, lucía un relojazo Rolex valuado en 8 mil 550 dólares, o sea, unos 171 mil pesos mexicanos, mientras compatriotas en Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Guerrero, Edomex y otras entidades de la república no tienen ni para comer porque los frijoles, el chile y las tortillas que están por las nubes y ya no digamos leche y huevo porque qué huevos y qué mala leche de los hambreadores que aprovechan que en México no hay gobierno.
Pero, también el señor López Beltrán lucía unos tenis Adidas de entre 5 y 8 mil pesos, cuya lectura nos dice que en México hay compatriotas de primera, segunda, tercera y de cuarta transformación que apenas a completan para los huaraches veloces y jamás se han puesto unos tenis de marca.
El caso es que la billonada de Presupuesto para el año de Carranza, porque el de Hidalgo ya no alcanza, alcanzará para todos los que están agarrados de la ubre presupuestal, pero eso sí, nuestros hospitales que ya se transformaron en color blanco y verde en IMSS Bienestar seguirán sin abasto de medicinas y los niños de cáncer y los mexicanos con enfermedades crónico degenerativas seguirán cayendo como moscas porque AMLO sepulto al Seguro Popular que atendía a más de 30 millones de mexicanos y por lo menos tenía mejoralitos y pomadas para caídas y raspones, mientras que el engendro de AMLO llamado Insabi, no se sabi si sirvió pa´maldita la cosa.
Lo cierto es que la salud en México enfrenta la peor crisis de su historia con AMLO que sigue jurando y perjurando que ya hay medicamentos y que pronto estarán en los hospitales, algo que ha dicho desde siempre y que México tendrá un sistema de salud igualitito al de Dinamarca y los países bajos de Europa, pero México será de esos países bajos, pero muy bajos en los que Dios nos agarre confesados si somos víctimas de alguna enfermedad que nos llevará irremediablemente a pedirle a San Pedro que nos habrá la puerta.
La OCDE que agrupa a 30 países del mundo recomendó que todos los países miembros deberían destinar el 9% del PIB para los sistemas de salud, pero en México, AMLO solamente destina el 6%. Por ello, no hay vacunas porque AMLO desmantelo al sistema de salud, preponderantemente el aparato que distribuía los medicamentos en México y ahora el ejército está metido en el disque reparto de medicamentos, pero como ya viene el año de Carranza porque el de Hidalgo ya no alcanza y porque les daremos un dineral a los derrochadores politicastros esos que dicen hacen la democracia en México, la nación azteca seguirá hundida en la catástrofe del sistema de salud.